Aunque no existe alguna estadística para comprobarlo, la percepción a nivel general es que en Latinoamérica no existe un verdadero “problema de incendios”. A diferencia de los Estados Unidos donde hay un incendio residencial cada 79 segundos (NFPA Fire Reports: US Fire Loss for 2003), en Latinoamérica las casas son más seguras, ya que están construidas principalmente en ladrillo. Desde el punto de vista residencial, es válido decir que estamos mejor en Latinoamérica que en EE.UU. En los Estados Unidos aproximadamente el 80% de las muertes por incendio ocurren en el hogar.

Sin embargo, los incendios residenciales no ocasionan más del 50% del total de los daños a la propiedad por incendios. Los incendios en edificaciones grandes y en la industria, aunque no causan un número estadísticamente significativo de muertes, tienen un costo desproporcionalmente alto. Es allí donde debemos fijar nuestra atención.

De acuerdo con las experiencias vividas recientemente en la región latinoamericana, es en las edificaciones grandes, ya sean ocupaciones sanitarias, mercantiles, penitenciarias, de reunión pública, edificios de gran altura e industria, donde hemos tenido incendios de repercusión mundial. Sin embargo, en Latinoamérica la gran mayoría de los incendios con muertes múltiples o pérdidas multimillonarias pasan desapercibidos fuera de su lugar de origen, y si no son debidamente documentados desde el punto de vista de seguridad contra incendios, no podremos aprender de ellos.

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