El objetivo principal de un sistema de protección contra incendios es que sea fiable, es decir, que garantice la máxima probabilidad de un buen funcionamiento al momento de un incendio. Manteniendo su eficacia a lo largo del tiempo.

Por ello, es de crucial importancia que tanto los productos y equipos usados, como la mano de obra de instalación, sean debidamente certificados (UL/FM en materiales, y NFPA para la instalación). Sólo de esa manera se podrá garantizar el funcionamiento adecuado del sistema.

De igual forma, se deben mantener los controles de mantenimiento preventivo, de forma periódica, evitando posibles fallas inesperadas presentadas en alguno de los equipos.

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